lunes, 14 de noviembre de 2016

  Sin Internet no soy nada 


_No he tenido nada de internet desde que me mudé y como resultado sólo puedo conseguir el retraso de tareas y trabajos que tengo para la universidad, aunque no son muchos pero, de igual manera son de suma importancia y al no cumplir con ellos me traería como resultado volver a repetir el introductorio y eso es algo que no puedo permitir que suceda...

Por los momentos esto es todo lo que puedo publicar debido a que estoy desde un centro tecnológico por lo tanto no puedo extender mi estadía en las redes sociales.

domingo, 23 de octubre de 2016


 Alex
Sólo podía pensar en esa sonrisa, en esos labios, en su rostro. Después de tanto, nunca pensé volver a tener estos sentimientos por una persona...
Alex, una chica con un carácter bipolar. Su forma de ser, muchas veces dependía de las personas que se encontraban en su entorno, no podía, simplemente no podía dejar de pensar en Marcel. Dos años atrás, Alex se había enamorado por primera vez de un chico, el cual la hizo sufrir y como resultado no volvió a ser la misma de siempre. Regresando a la actualidad, Alex, con veinte años de edad, jamás pensó que todo esto sucedería.

Un día como cualquier otro, como era su costumbre, Alex fue al trabajo en la biblioteca de la universidad. Ella acomoda los libros por tema y en orden alfabético, un trabajo algo fastidioso para cualquier persona, pero a ella le encantaba, su vida eran los libros, las historias de terror, suspenso, drama y amor. Luego de hacer esto, comenzó a buscar el libro que tanto le gusta que llevaba por nombre "Visto" pero, entre tanto buscar no encontró nada, algo preocupada, caminó con algo de prisa a su escritorio para así poder revisar el cuaderno de las firmas, en el cual, logró percibir con su mirada, el nombre de la persona que había retirado el libro, por lo cual ahora sólo le quedaba esperar a que lo devolviera.

Durante el transcurso del día, nadie entregó el libro. Pasaron horas y nadie apareció, no quedaba nadie en la biblioteca y como ya era tarde Alex decidió cerrar la biblioteca. Mientras Alex recorre el lugar por seguridad, en un momento logra distinguir en la sección de terror, el cuerpo de una persona en el suelo, se acerca en silencio, no hace ningún ruido, en su mente sólo podía pensar lo peor, cuando logra llegar a la escena se da cuenta de que es un chico, se veía algo pálido, con lentes y cabello largo.
-Oye, despierta. - Dice Alex con un tono de desesperación.
-¿Qué haces aquí?- Pregunta una y otra vez sin respuesta alguna.

Sin ninguna señal de vida del muchacho, Alex ve que trae con él el libro que ella tanto esperaba que regresaran.
-¿Quién eres?- Pregunta el chico.
-¿Ah?- Se pregunta Alex en su mente.
-Hey. ¿Quién eres?- Vuelve a preguntar el chico.

Alex voltea la mirada y lo ve con indiferencia.
-Aquí las preguntas las hago yo.- Respondió Alex algo molesta

-¿Por qué estás aquí tirado?- Pregunta Alex

-Tenía algo de sueño, así que decidí dormir un rato.- Responde el chico de forma indecisa.
-¡Aquí no se duerme, aquí se lee!.- Dice Alex de forma muy agresiva.

-Levántate que voy a cerrar la biblioteca.- Dijo Alex.

-Te ves muy linda.- Dijo el chico algo sonrojado.
Alex se limitó a responder, furiosa pero muy sonrojada lo levantó del suelo y lo llevó hacia la salida.
-Mucho gusto. Mi nombre es Marcel.- Dice el chico mientras Alex lo lleva a rastras.
Cuando llegan a la salida Marcel sólo piensa en su belleza.
-Hasta luego, nos vemos mañana.- Dice Marcel.

A lo cual, Alex responde con un estruendoso azote de puerta. Cerró la biblioteca y se marchó a su casa sin siquiera pensar en lo sucedido, sólo se acostó a dormir.

Pasaron tres semanas y Alex no deja de pensar en el libro que llevó Marcel, el cual no ha regresado. Suenan las campanas de la entrada y al voltear la mirada ve a Marcel en la distancia.
-Hola Alex. Dice Marcel con cierto entusiasmo.

-¿Cómo sabes mi nombre?- Pregunta Alex.

-Tu belleza me lo dijo.- Dice Marcel muy confiado de sí mismo.
-Deja tu labia barata.- Dijo Alex, a lo cual Marcel respondió con una risa disimulada.
-Te vez muy linda cuando te enojas.- Dice Marcel.

-Lindo se ve esto.- Le dice Alex mientras le muestra una factura por tres mil bolívares con su nombre.
-¿Qué es esto?- Pregunta Marcel con un tono algo preocupado.
-Es lo que debes por haberte llevado el libro de la biblioteca sin haber firmado en la casilla que dice que lo sacarías de la biblioteca. Te podrás dar cuenta que firmaste como si lo hubieses leído aquí.- Respondió Alex mientras reía.    

-Está bien, lo pagaré.- Dijo Marcel algo decaído.
-Por cierto, tu identificación de la universidad tiene tu nombre.- Dijo Marcel mientras se alejaba. 
Después de eso no siguieron hablando. Por alguna razón Alex comienza a observar a Marcel desde la distancia, de un momento para otro comenzó a escribir su nombre en las hojas de su cuaderno y se dice a sí misma.

-¿Qué me está pasando? ¿Por qué hago estas cosas? ¿Me estará gustando el idiota de Marcel?...

Transcurrió un mes, durante el cual Marcel comenzó a ir todos los días a la biblioteca y sin falta le dejaba una carta con una dedicatoria a Alex, un día tras otro. Alex conservaba dichas cartas pero nunca fue capaz de responder.
En la mente de Alex ocurría una constante disputa, un debate, mejor dicho una guerra emocional consigo misma. Tiene estos sentimientos encontrados por Marcel pero, no se siente capaz de volver a creer en un hombre, no quiere ser lastimada, no quiere sufrir por otra persona, no quiere salir herida otra vez.
Un día, sin previo aviso. Marcel se acerca a Alex y comienza a hablarle.
-Hola.- Dice Marcel con cierta pena.
-Hola.- Responde Alex algo nerviosa.

-¿Quieres salir conmigo?- Pregunta Marcel muy sonrojado y con miedo.

-No, jamás saldría contigo.- Dijo Alex sin mostrar ninguna expresión en su rostro.
Marcel soltó una lágrima, dio media vuelta y se marchó.
Alex respondió de tal manera con todo el dolor de su alma, en su interior sólo gritaba: "Si, claro que quiero". Pero se limitó a decirlo, su corazón estaba lleno de dolor e ira por no haber dicho lo que de verdad sentía, lloraba mientras veía como Marcel se alejaba.

martes, 18 de octubre de 2016

Odio escrbir

Sinceramente, no me gusta escribir. Me gusta conversar, dialogar, interactuar. No porque me de flojera, sino por el simple hecho de que no me gusta pensar lo que voy a decir. Siempre diré lo que siento de acuerdo a como me siento pero en el momento, no menosprecio a los escritores ni nada por el estilo pero, no me gusta, puedo leer diez libros y seguiría igual. 

En la conversación directa se encuentra un mundo de emociones que se puede percibir de distintas maneras, amor, odio, respeto, comprensión, entre otras.  

No digo que no se encuentre este mundo en los libros. Pero es mucho mejor percibir directamente los sentimientos que leerlos.

martes, 11 de octubre de 2016

domingo, 9 de octubre de 2016

¿Qué me pasa?
Tengo estas ganas, insoportables de hecho, de llorar. Siento como la depresión se apodera de mi mente pero, hay algo que no me deja expresar este sentir, es un dolor que hay en mi, me desespero y no se que hacer.

No puedo llorar...

Ganas no me faltan para llorar. Por alguna razón no pedo hacerlo, en mi exterior solo expreso tranquilidad y calma en mi personalidad hasta cierto punto. 
Muchos pensarían que estoy de este modo porque extraño a mis familiares y amigos pero, no es así, cuando hablo de ese tema me siento tranquilo y no siento ganas de nada. 

domingo, 2 de octubre de 2016

Mezcla de Leche con Azúcar y Vainilla

EL día de hoy me desperté como cualquier otro (últimamente) sin saber la hora. 
Con esto me refiero a que me he estado levantando ya varias veces en la madrugada, sin lograr distinguir ni un solo rayo de luz en mi entorno...

Costumbre que siempre tenia, cada vez que me levantaba y no veía luz, buscaba mi celular para revisar la hora pero, ahora que no lo tengo solo me quedo con las ganas de buscarlo y ver la hora en su pantalla que me encandilaba la mirada con su brillo a mitad de la noche.

Volviendo al tema. Regresé a dormir, tiempo después me desperté y logre percibir la luz del día, procedí a levantarme del chinchorro (Hamaca o como quieran llamarlo) y dirigí la mirada hacia la izquierda y vi a los dueños de la casa en la cual me estoy hospedando. Solo comencé a caminar, di los buenos días sin esperar respuesta alguna y empecé mi rutina de aseo diario...

Pasaron algunas horas y luego desayuné, horas después seguía con hambre.

Me dirigí a Viankarays (la hija de los dueños de la casa) para hacer un contrabando de leche con azúcar, para lograr realizar lo que tanto comemos los venezolanos a temprana edad y a cualquier edad dependiendo de los gustos. Mezcla de Leche con Azúcar y Vainilla, y la muy sapa ("Sapa"o "sapo". Es un termino que los venezolanos usamos, coloquialmente hablando, para referirnos a una persona chismosa) fue y le dijo a su mamá que yo quería comer eso y me sentí tan apenado.

Pero, como su mamá, a pesar de la situación (no se consigue leche, y si se consigue, se consigue súper costosa) comprendió que yo tenia mucho tiempo sin saber lo que era comer eso. Y bueno, al fin y al cabo, termine comiendo la mezcla.


¡Me encanta comer eso!




sábado, 1 de octubre de 2016

MI DÍA
Les cuento... Desde que me mudé a la isla de Margarita (primera vez que vengo en toda mi vida) en lo único en que podía pensar es: "Dios. ¿Cómo serán los músicos aquí?". Debido a mi experiencia aprendí que no todos los músicos somos iguales y que todo depende de cómo ha sido el desarrollo en el ambiente mediante el cual se ha formado el músico. Saliéndome del tema les contaré...
Provengo de El Tigre Estado Anzoátegui y en el núcleo en el que me formé como flautista (El Tigre) todos somos prácticamente como una familia pues todos nos tratamos por igual y siempre compartimos, pero existen orquestas en las cuales no hay comunicación entre ellos a menos que sea durante los ensayos para dar alguna indicación, lo cual como persona me parece algo que está mal ya que, como orquesta todos deberían de conocerse y crear lazos de amistad.
¡Pienso de esta forma porque así me formé!

Regresando al tema principal. Hoy fue mi primer ensayo con la regional de la isla, como soy nuevo no sé cómo se llevan las personas en este lugar pero me recordó a una orquesta en la que no interactuaban entre si (Violines solo tratan con violines, violas con violas y así pues), se que no debo dejarme llevar por esta primera impresión y que no debo juzgar un libro por su portada, aunque no puedo sacar de mi mente esa sensación...